El diezmo y la ofrenda son una expresión de agradecimiento y examen hacia Jehová por su provisión y bondad. Al devolverle una parte de lo que Él nos ha hexaedro, demostramos nuestra obediencia y dependencia de Él.
No habiendo cosa más provechosa para el progreso espiritual que el ser ducho de los propios defectos, es muy conveniente y necesario que los que te hayan hecho alguna ocasión esta caridad se sientan estimulados por ti a hacértela en cualquier ocasión. Después que hayas recibido con muestras de alegría y de registro sus advertencias, imponte como un deber el seguirlas, no solo por el beneficio que reporta el corregirse, sino también para hacerles ver que no han sido vanos sus desvelos y que tienes en mucho su benevolencia.
En punto de enfocarnos en el porcentaje o la cantidad que damos, debemos centrarnos en acertar con un corazón alegre, espléndido y en respuesta a las bendiciones que hemos recibido. Al hacerlo, experimentaremos la satisfacción y la alegría de ser mayordomos responsables y partícipes de la obra de Todopoderoso en el mundo.
La caridad es una virtud que nos lleva a adoptar una aspecto de servicio y solidaridad en nuestras relaciones con los demás.
Tanto los predicadores del Señor como los fieles, deben estar en la Iglesia de tal guisa que compadezcan al prójimo con caridad, pero no se separen de la vía del Señor por falsa compasión (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 37 sobre los Evang.).
No dejéis de hacer el acertadamente a todas horas. Era tanto como decirles: no dejéis de practicar la caridad, incluso con los negligentes y que casualidad menosprecian lo que acabo de escribiros. Así como ha corregido a los enfermos, no sea que enervados por el ocio se abandonen a la inquietud y a la vana curiosidad, así también advierte ahora a los que están sanos.
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Se preguntan muchos si aman a Cristo, y van buscando señales por las cuales poder descubrir y reconocer si le aman: la señal que no engaña nunca es la caridad fraterna [.
El poder del texto bíblico de esperanza y Seguridad: fortaleciendo nuestra confianza en tiempos difíciles
Porque hay menos donantes en esas fechas, pues el donante habitual todavía se va de ocio mientras que las deposición de muerte se mantienen.
General recomendó que las asociaciones pagaran un diezmo de sus entradas, a la Asociación Caudillo. Más tarde, en 1901, cuando se organizaron las uniones, las asociaciones pagaban un diezmo de sus entradas a las uniones, las que a su ocasión pagaban un diezmo de las suyas a la Asociación General. Debe observarse que las iglesias locales no empleaban ni pagaban a ministros. Siquiera concedían credenciales y licencias. Fueron las asociaciones locales las que asumieron estas responsabilidades. Actualmente, las iglesias locales no son entidades legales, pero las asociaciones locales sí lo son. Las iglesias se unen para formar una asociación que sirva a sus deposición legales como un cuerpo agradecido jurídicamente para invertir y supervisar a ministros, para pagarles su salario, recolectar los diezmos y las ofrendas de las iglesias para financiar los esfuerzos evangelísticos. Las iglesias locales, siendo que no tienen estatus permitido, delegaron a las asociaciones locales la responsabilidad de invertir a los ministros. La Ahora, las iglesias recién organizadas son aceptadas en la “hermandad de iglesias” de la asociación Específico basadas en estas mismas condiciones. Esto se hace my review here regularmente en los congresos administrativos cuadrienales.
En una época en la que los estudios nos dicen que los cristianos evangélicos dan menos del 3% de sus ingresos a la iglesia, o a cualquier ministerio, exhorto a todos a aceptar el desafío de Altísimo.
En el caso que nos ocupa, al asegurar por Santo Pedro se entendía que el diezmo se llevaba a propósito un día antaño o un día posteriormente del 29 de junio. En realidad, el diezmo se hacía el 30 de junio. Y era en esta día cuando el diezmo se refería esencialmente a los corderos. Pero asimismo a los medios corderos y a los picos de corderos.
Mas ningún, por el puro hecho de flirtear a su prójimo, piense pero tener caridad, sino que primero debe examinar la fuerza misma de su inclinación.