«Es posible, incluso en el mercado o en un paseo solitario, hacer una frecuente y fervorosa oración»
Imagina el consuelo de ser capaz de charlar con Dios, de compartir tus preocupaciones más íntimas y de padecer su bienquerencia y paz que sobrepasan todo entendimiento. La oración es un puente que nos conecta con el poder divino y nos permite acoger fortaleza en nuestras debilidades.
Actualmente queremos presentarte a todos los enfermos, porque para Ti no hay distancia ni en el tiempo ni en el espacio.
Querido San Francisco de De esta formas, para ti los animales son hermanos menores, por lo que comprendes el dolor que estoy sintiendo en este momento. Te ruego que sanes a mi mascota para que se marchen de su cuerpo las enfermedades que lo aquejan.
Padre Celestial, ante la adversidad de una enfermedad crónica, te pedimos fortaleza y paciencia para aquellos que sufren. Que encuentren en Ti el refugio y el coraje para confrontar cada día con esperanza y determinación.
«et in terra pax hominibus bonae voluntatis»: «y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad». Esta frase acento de la paz que Dios ofrece a aquellos que tienen buena voluntad y que buscan seguir su camino.
Según la forma del sintagma verbal o en particular el núúnico de verbos flexionados las oraciones se pueden clasificar en simples o compuestas:
Las oraciones simples tienen un solo predicado con un único original site verbo o perífrasis verbal. Por ejemplo:
En Tu infinita bondad, te pedimos que derrames Tu Humor sanadora sobre cada individualidad de ellos, tocando sus cuerpos y sus almas con Tu poder curativo.
Confiados en Tu misericordia y Tu gran poder, te pedimos un milagro de sanación. Que este acto de bienquerencia divino sea testimonio de Tu gloria y bondad infinita. Ayúdanos a sustentar nuestra Convicción firme en Ti, recordando siempre que “Con Dios todo es posible” (Mateo 19:26).
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Padre Dios, conoces nuestros corazones y entiendes nuestras emociones incluso antes de que las expresemos. Te agradecemos por estar a nuestro ala en todo momento, tanto en los momentos de alegría como en los de tristeza o enfermedad. Tus hijos confiamos en tu presencia y bienquerencia constante. Vivimos con esa esperanza. ¡Mil gracias!
¿Cómo no va a ser lo mejor para nosotros que venga su reino? Dios sabe lo que nos conviene en cada momento y en medio de cualquier situación. Debemos instruirse a someternos a su voluntad, confiando plenamente en su bondad.